lunes, 27 de julio de 2015

marcajes y MARCAJES

Me mira, se sienta y ladra, espera pacientemente a que me mida la glucosa y, sino lo hago, ladra un montón de veces más. Hasta que la llamo pesada, compruebo mis niveles, miro hacia abajo y la veo sentada moviendo su cola. Entonces no me queda otra que darle la razón, premiarle y actuar para evitar la hipo o hiper que se acerca.

Lo hace una media de 9 veces al día, por lo que se puede decir que me he acostumbrado a su ladrido y he mecanizado que después de éste venga la glucemia, su premio, las medidas preventivas y continuar con lo que estaba haciendo. Pero otras muchas veces, ese ladrido hace que me pare a pensar y me pregunté qué habría pasado si ella no hubiera estado ahí en ese momento... Resumo una de esas situaciones, para que se entienda mejor:

Llego a casa sobre las 21:00, me pongo el pijama, me siento en el sofá y Cini marca. Así que compruebo mi glucosa y estoy en 109 (después de todo un día lleno de hipos, todo apuntaba a que Cini avisaba de otra más), por lo que decidido adelantar la cena. Empiezo a comerme el bocadillo y Cini sigue marcando sin parar, le doy otro premio, le acaricio y sigue marcando. Continuo cenando hasta completar las 7 raciones de la cena, sin ponerme el bolus, haciendo caso al incansable aviso de Cini. Mi madre me dice que si Cini no para de marcarme, debería pincharme otra vez, las llamo pesadas a las dos, y al levantarme a por el glucómetro empiezo a oír muy raro y a ver muy borroso. Mi madre me lo acerca, me mido y... ¡47! No me lo puedo creer, después de haber comido 7 raciones (pan y fruta), sin insulina, sigo bajando... Tomo zumo con azúcar y a los 10 minutos Cini para de ladrar, compruebo un poco después, 98, todo bajo control.

Y en situaciones como ésta viene la pregunta, ¿Qué hubiera pasado sin ese aviso de Cini? En 109 habría esperado a mis padres para cenar, me habría puesto la insulina y hubiera comenzado con el bocadillo... Prefiero no imaginar cómo hubiera acabado la noche.

Una vez más, ¡punto para Cini!

martes, 14 de julio de 2015

Vacaciones 2015 - Boltaña

Cini me acompaña a diario, estamos juntas todo el día y toda la noche. Las vacaciones no iban a ser menos. La pequeña Jack nos acompañó a Jaime y a mí a Boltaña, 5 días en el Pirineo descansando y desconectando de todo.

Mi dulce detectora me cuidó tan bien como lo hace en Zaragoza, no extrañó para nada la rutina y siguió avisando de todas mis tendencias a las hipo y las hiper de día y de noche.

Posó para un millón de fotos, porque Jaime la saca siempre preciosa, y corrió por los caminos como una cachorrita. 

Llegábamos super cansados por la noche, pero eso no le impedía hacer guardia por si algo iba mal. La primera noche me despertó a las 2:00, justo a tiempo para cambiar el catéter que se había obstruido, evitando que me levantara demasiado alta y con cuerpos cetónicos. 96 en ayunas, perfecta actuación tras un aviso perfecto.

En el coche, de paseo por el pueblo, en las siestas, en la ducha, en la terraza de los bares... No hay lugar en el que Cini no trabaje. Me mira, mueve su cola con una felicidad increíble, se sienta y ladra.

Te portaste de maravilla pequeña, compartiremos muchas vacaciones más porque han sido perfectas y tú, además, las has hecho seguras.

Dejo por aquí algunas fotos de estos días